lunes, 16 de diciembre de 2013

El aire del país no tiene un diagnóstico claro Este contenido ha sido publicado originalmente por Diario EL COMERCIO en la siguiente dirección: http://www.elcomercio.com.ec/sociedad/contaminacion-aire-buses-autos-gases-ruido-radiaciones-combustible_0_952704830.html. Si está pensando en hacer uso del mismo, por favor, cite la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. ElComercio.com

El aire del país no tiene un diagnóstico claro Ampliar Ilustración sobre la contaminación del aire.Aire en el que se mencionó que "la situación de la gestión ambiental de la calidad del aire en el país presenta profundas falencias… la gestión ambiental presenta problemas tales como: la falta de seguimiento de convenios suscritos, dispersión legislativa, dispersión de jurisdicción y competencias, debilidad institucional y presupuestaria del MAE". Tres años después, las acciones para hacerlo efectivo se han enfocado en ciudades como Guayaquil y Cuenca en las que se empezó a monitorear el material particulado, uno de los contaminantes principales. Según el Código Orgánico de Organización Territorial, Autonomía y Descentralización (Cootad) los municipios tienen la competencia de monitorear la calidad del aire e implementar las medidas necesarias para reducir la contaminación. "Aunque el tema depende de cada municipio, el MAE debería dictar políticas de control y fijar estándares además de legislar", opina Verónica Arias, abogada en derecho ambiental. Nicolás Cuvi, director de la Maestría de Estudios Socioambientales de la Flacso, dice que el aire es un sistema que está contaminado por agentes que no se perciben y eso vuelve más complejo el trabajo de intervención. Además de los gases, nombra al ruido, las radiaciones electromagnéticas, los olores y el exceso de luz. Cuvi menciona que para poder intervenir y mejorar la calidad del aire de una ciudad es necesario un diagnóstico constante. En Ecuador, Quito es la única ciudad que lo hace desde hace 10 años; Cuenca e Ibarra también lo realizan desde hace menos tiempo. Con estos diagnósticos, dice Arias, se puede pensar en medidas que reduzcan la emisión de gases contaminantes. Explica que la intervención no requiere de medidas aisladas como el pico y placa, sino que menciona un sistema de transporte público óptimo. "Si sabemos que el parque automotor es el mayor contaminante de la mayoría de ciudades del país, hay que ofrecer un servicio de transporte que debe ser seguro y organizado", opina Arias. El tema de controlar la calidad del aire, dice Cuvi, requiere de políticas de Estado como mejorar la calidad del combustible o de ofrecer un sistema de ciclovías para que la gente tenga alternativas. "El MAE ha tomado las riendas de muchos temas pero el del aire aún necesita mucho más atención", concluye Arias. Un parque automotor viejo Jorge González es taxista. Recorre el centro de Guayaquil en un Datsun del 75. Los gases de su auto vuelan por la atmósfera y se unen a los del parque automotor de unos 620 000 vehículos. Óxidos de nitrógeno, monóxido de carbono, dióxido de azufre, pequeñas partículas sólidas o líquidas de polvo, compuestos orgánicos volátiles, ozono. Ese coctel de gases flota en el ambiente guayaquileño. José Javier Guarderas, de Sambito, cita un estudio del 2004 en el que se evaluaron 649 vehículos. Solo el 9,86% era de modelos del 2000 en adelante; el 55,32% de entre el 90 y 99 y el 34,82% antes del 89. Las cifras no han variado mucho. Un estudio de la Dirección de Medio Ambiente del Municipio identifica a los autos como la principal fuente de contaminación, con índices que superan el 50% en emisiones de óxidos de nitrógeno, dióxido de azufre y monóxido de carbono. Hay otra causa: las termoeléctricas. En el 2006, un estudio de la Escuela Superior Politécnica del Litoral concluyó que las barcazas Victoria II y Power Barge I, para generación eléctrica, causaron daño a la salud de los moradores de la zona de Fertisa, en el sur. Dejaron de funcionar un tiempo, luego entraron en mantenimiento y reaparecen en un informe como la principal fuente de dióxido de azufre (58,9%), un gas irritante y tóxico. Pese a estos porcentajes, el director (e) de Medio Ambiente del Municipio, Glubis Muñoz, afirma que "Guayaquil posee una buena calidad de aire, en lo que influye la acción y dirección de los vientos dada su ubicación geográfica". La ciudad cuenta con un Plan de Gestión de Calidad del Aire que incluye controles y seguimiento al sector industrial. También tiene una estación automática de monitoreo para analizar la calidad del aire, ubicada en el centro de la ciudad. Están por debajo del límite La contaminación del aire está por debajo de los niveles permitidos por la norma internacional, según el último inventario de emisiones. El 97% de la afección se registra por los vehículos y termoeléctricas en la capital de Azuay. La Comisión de Gestión Ambiental y la Empresa de Movilidad, ambas del Municipio de Cuenca, trabajan en el monitoreo y políticas conjuntas para mejorar la calidad del aire en la ciudad. La última publicación fue en diciembre del 2011. Cuentan con 19 estaciones en diferentes partes. En el 2007 el parque automotor de Cuenca era de 75 000 vehículos, el año pasado llegó a 105 000. En material particulado (composición química-física por los carburantes) la norma internacional de la OMS fija hasta 50 microgramos por metro cúbico de aire. El nivel más alto se registra en las calles Presidente Córdova y en la Vega Muñoz, Centro Histórico, con 45 microgramos. Sebastián Izquierdo, director de Gestión Ambiental del Municipio de Cuenca, reconoce que en la ciudad hay calles como Presidente Córdova y la Vega Muñoz y horas picos (07:00, 13:00 y 18:00) que registran los niveles más altos de contaminación ambiental y "hay que tener mucho cuidado por la salud". En términos generales, dice Izquierdo, tenemos una calidad del aire mezclado pero en buenas condiciones. Esto se debe a políticas implementadas, algunas hace una década: disminución de la flota de buses, la comercialización únicamente del diésel premiun (menos azufre), la revisión técnica vehicular obligatoria para todos. La construcción del tranvía, que se iniciará en los próximos meses, según Izquierdo, se hizo pensando en aliviar la congestión y contaminación vehicular. De la misma manera que los proyectos de las ciclovías que están en implementación y el fomento de la bicicleta pública. Tomando las primeras pruebas Desde el año anterior en Ibarra existe un equipo de medición de calidad del aire que permite conocer el nivel de partículas contaminantes. Silvia Castro, directora de Gestión Ambiental de Municipio de Ibarra, cuenta que luego esta información es enviada al Ministerio de Ambiente (MAE) en Quito. "Nosotros no tenemos reportes del MAE donde nos digan que el aire está contaminado. Hemos solicitado, desde hace meses, una respuesta para conocer qué calidad de aire tenemos. Pero aún no hay respuesta". Los mayores contaminantes en Ibarra son los gaseosos, al igual que en las otras ciudades. Otros contaminantes que se registran son el humo del tabaco, el uso de ciertos materiales de construcción, productos de limpieza y muebles del hogar. Otros contaminantes gaseosos del aire provienen de volcanes, incendios e industrias. Roberto Ortega, responsable de Recursos Naturales del Municipio de Ibarra, dice que en la ciudad se realiza un monitoreo pasivo en cinco puntos. "La idea es saber los parámetros de la calidad del aire del sitio. No estamos midiendo a un vehículo ni a una fábrica, sino la calidad de aire que circula en determinado lugar". Agrega que se estableció un convenio con el Municipio de Quito para dotar a la ciudad de esta red sistema de monitoreo. Para iniciarlo se ubicaron filtros en 5: el Mercado Amazonas, Yahuarcocha, Bodegas del Municipio, Hospital de IESS y en Caranqui el de referencia o punto blanco en San Miguel Arcángel. Estos dispositivos llegan hasta Ibarra, son colocados en los puntos específicos de la ciudad, luego retirados y enviados a Quito para el análisis en laboratorio. "Primero queremos determinar si en la cuidad existe contaminación del aire o si estamos en un proceso de contaminación. Si es así, queremos empezar a tomar medidas", dice Ortega. Enfermedades en aumento El especialista en enfermedades respiratorias, Ramón Echeverría, realizó un estudio sobre el número de casos de infecciones respiratorias agudas desde el 2000 hasta el 2011 en Esmeraldas. En la década aumentó de 9 311 a 32 000 casos. Para él, esto es un indicador de la contaminación por los gases tóxicos de la Refinería Estatal de Esmeraldas y la Termoeléctrica de Esmeraldas. Su estudio indica que en el 2010, el principal motivo de consulta fue por enfermedades respiratorias. Hubo 41 124 casos. Su apreciación concuerda con un informe del 2004 por el consultor ambiental Jorge Jurado, denominado 'Auditoría de la Situación Ambiental en el entorno inmediato de las instalaciones de la Refinería Estatal de Esmeraldas, La Termoeléctrica Esmeraldas y Contrachapados de Esmeraldas'. En sus conclusiones detalla que el aire está contaminado con óxido de azufre, óxido de nitrógeno y óxido de carbono. En aquel entonces, se determinó que el impacto ambiental era negativo y de intensidad alta, principalmente en los barrios del sur que están en la zona de influencia de las plantas industriales. 

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